domingo, 2 de diciembre de 2012



Sinfónicas

Richard Wagner: 
ENSOÑACIÓN DE UN POETA FRANCÉS

Por Stèphane Mallarmè
(1885)

            Un poeta francés contemporáneo, excluido de toda participación en los despliegues de belleza oficiales, por diversos motivos, quiere, lo que mantiene como su tarea ejecutada o del refinamiento misterioso del verso para solitarias Fiestas, reflexionar sobre las pompas soberanas de la Poesía, como no podrían existir conjuntamente con el flujo de trivialidad  arrastradas por las artes en un falso simulacro de civilización. – Ceremonias de un día que yace en el seno inconsciente de hacer de la multitud ¡casi un culto!

            La certeza de no estar implicado, él ni nadie de ese tiempo, en ninguna empresa parecida, lo exime de toda restricción llevada a su sueño por el sentimiento de una impericia y por el desvío de los hechos.

            Su visión, de una rectitud imperturbada, se arroja a lo lejos.

           Para su satisfacción, y es lo menos, acepta para tener en cuenta, solo, en el orgulloso  repliegue de las consecuencias ¡Al Monstruo Que no puede Ser! Aferra al flanco débil e ignaro la herida de una mirada afirmativa y pura.

         Omisión hecha de un vistazo sobre el fasto, extraordinario, pero inacabado hoy de la figuración plástica, de la que se desprende, al menos, en su perfección acabada; sólo la Danza es capaz, por su escritura sumaria, de traducir lo fugaz y lo repentino hasta la Idea (semejante visión comprende todo, absolutamente todo el Espectáculo futuro) este esteta si considera el aporte de la Música al Teatro hecho para movilizar su esplendor, no piensa durante mucho tiempo más que en sí mismo… ya, cualesquiera fueran los saltos de los que parta su pensamiento, experimenta la colosal aproximación de una iniciación que surge más alta, que significa en las voces de adeptos: Tu anhelo de antes, dentro de un momento, aquí, allí, ves, pobre, si no se lo ejecuta.