jueves, 18 de noviembre de 2010

Lautréamont en la Feria del Libro en Venezuela



Del libro Lautréamont y otros ensayos de Manuel Ruano, editado por el CELARG, Caracas, 2010, cuya presentación se efectuará en la Feria del Libro (Salón Bicentenario) el día viernes 19 de noviembre a las 14 hs. pm.




A LAUTRÉAMONT



No importa dónde me ponía a escarbarel suelo esperando

/ que tú salieses


Yo apartaba las casas y las florestas para ver detrás,


Y era capaz de quedar toda la noche a esperarte, puertas y


/ ventanas abiertas,


Frente a dos vasos de alcohol que no quería tocar.


Pero tú no venías,


Lautréamont



En torno mío morían vacas de hambre ante los precipicios


Y volvían obstinadamente el lomo a las más herbosas praderas


Los corderos desertaban América mirando tras sí


Porque ellos hubieran querido hablar antes de partir.


Librado a mi soledad sobre el continente,


Yo te buscaba en el sueño, donde los encuentros son más fáciles.


Uno se para en la esquina deuna calle, el otro llega rápidamente.


Pero aún así tú no venías,


Lautréamont,


Con tu rostro de hombre.


Detrás de mis ojos cerrados,


Yo te encontré un día a la altura de Fernando de Noronha,


Tú tenías la forma de una ola, pero más verídica, más
/ circunspecta,


Y enfilabas hacia el Uruguay en pequeñas jornadas.


Las otras olas se apartaban para mejor saludar tus desgracias.


Ellas que no viven sino doce segundos y no marchan sino
/ a la muerte


Se te dabanpor entero,


Y tú fingías desaparecer como ellas,


Porque ellas te creían en la muerte su camarada de promoción.


Tú eras de esos que eligen el océanopor domicilio como otros
/ duermen bajo los puentes


Y yo, yo ocultaba los ojos detrás de unas gafas negras


Sobre un paquebote en que flotaba un olor a mujer y a cocina.

La música subía a los mástiles, furiosos de verse mezclados


/ a los toqueteos del tango,


Tenía vergüenza de mi corazón donde brotaba la sangre
/ de los vivos


Mientras que tú estás muerto desde 1870 y privado del
/ líquido seminal


Tomas la forma de una ola para hacer creer que esto te es
/ igual.


El mismo día de mi muerte yo te veo venir a mí.


Tú deambulas favorablemente los pies desnudos en los
/ altos terrones del cielo.


Pero apenas llegado a una distancia conveniente


Tú me arrojas uno a la cara,


Lautréamont.


Jules Supervielle

Uruguay,1884- Francia, 1960
(Tomado de Los huevos del Plata, 1968, traducción Oscar Ferreiro)