domingo, 13 de junio de 2010

Curioso menú literario

Publicidad del Restaurant Le Procope, inaugurado
en 1686 en París, al que asistían eminentes personajes
de la intelectualidad francesa (desde el filósofo Voltaire
en el siglo XVIII, hasta Paul Verlaine y Edouard Dubus,
entre otros, en el siglo XIX)



sábado, 12 de junio de 2010

George Brassens: L´enterrement de Verlaine






Canción de otoño

Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.

Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.

Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.


Paul Verlaine
Francia, 1844-1896



lunes, 7 de junio de 2010

Manuel Ruano

El día 5 de junio se llevó a cabo la retrospectiva del
poeta Manuel Ruano y la presentación de su libro de cuentos
No son ángeles del amanecer (Ediciones De los Cuatro Vientos,

Buenos Aires, 2010) en la Dama de Bollini,
auspiciado por AIAP y animado meritoriamente por Lelia Reta
y la presidenta de la entidad, Licenciada Irene Accarini.



Por Lelia Reta

Tenemos hoy en Encuentro a un poeta del que hay mucho que decir. Primero- Acaso la palabra del poeta sea la más verdadera aún en la divagación o por esa divagación que la conecta con lo misterioso, con lo arcano, con lo más profundo del hombre. Y hay mucho que decir porque Ruano ha trascendido las fronteras de nuestro país y es un poeta conocido, estimado, laureado en todos los países del continente americano, por lo tanto un escritor y poeta de dimensión continental. Y hay ciudades que le han dado su abrazo: En 1986 ha sido declarado por la Alcaldía de Lima “Huésped Ilustre dela Ciudad de Lima” En el año 2000 ha sido declarado “Visitante Ilustre de Rosario” por la Municipalidad de esa ciudad que hoy se yergue como un alto faro de la cultura argentina con su magnífico MACRO, etc.Pero qué camino ha hecho nuestro amigo Ruano que lo ha puesto en tan altos lugares de la consideración pública. Se ha proporcionado a sí mismo una formación envidiable. Estudió Crítica Literaria en la Asociación de Escritores Venezolanos en Caracas – Las formas expresivas del Teatro Español en cursos patrocinados por la Embajada de España en Bs As – Literatura Española en la Pontificia Universidad Católica del Perú – Teoría y técnica de la comunicación en la Universidad Mayor de San Marcos -

Como una experiencia de la mayor jerarquía hay que considerar los años juveniles en que integró el cuerpo de redacción de la memorable revista “El Escarabajo de Oro” . Luego funda en Perú la revista de poesía latinoamericana “Quevedo”

Como resultado feliz de su amor a la poesía ha producido un importante número de obras : Los gestos interioresSegún las reglasSon esas piedras vivientes – Premio Nacional de Poesía de Escritores de Venezuela – Yo creía en el Adivinador OrfebreMirada de BrueghelHypnosLos Cantos del Gran Ensalmador Concertina de los rústicios y los esplendorosos – Pero es muy importante que registremos las prestigiosas editoriales que han publicado estas obras- Losada en Bs Aires – Fondo de Cultura Económica de México - Monte Avila de Caracas –

Además innumerables plaquettes, colaboraciones, etc

Otra tarea que exige gran conocimiento, responsabilidad intelectual y sensibilidad es la preparación de Antologías. Poesía Nueva Latinoamericana fue editado en Lima –

Y la espiga será por fin espiga Ed. de la Presidencia de la República del Perú –

Cantos Australes de Monte Avila Editores –Caracas es un magnífico y laborioso trabajo de 500 páginas que reune poemas de los 80 poetas argentinos seleccionados de las décadas 1940/ 80 precedidos cada unode una noticia biográfica y con un enjundioso estudio sobre el fenómeno literario argentino de ese período.

También Poesía amorosa de América Latina editado en Caracas

Y estudios sobre autores especialmente amados por Ruano: Crónicas de poeta sobre César Vallejo y Obra poética de Olga Orozco con un Estudio preliminar y notas.También relacionado con el noble Vallejo escribió Cartas del destierro y otras orfandades donde el destierro está sentido tan acertadamente como orfandad.

Y después de tanta tarea de investigación, catalogación y valoración ¿por qué no afrontar el máximo esfuerzo? El diccionario

Efectivamente: Ruano integró el equipo y afrontó la tarea de investigador y redactor del Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina. Por eso Oscar Rodríguez Ortiz ha dicho de él: “empedernido conocedor de literatura hispanoamericana”

Tanta buena labor ha merecido premios y honores.

Me agrada mencionar el primero de todos cronológicamente:

Primer Premio Ensayo Domingo Faustino Sarmiento en 1962

Ha recibido premios a su poesía en Buenos Aires y muchos centros de nuestro país, y de, Lima, Caracas, Valparaíso, Tegucigalpa, Barcelona, finalista del premio Cervantes de Poesía –Granada, Ciudad Real , Valencia y el IV Premio Nacional del Libro de Venezuela otorgado por el Gobierno Bolivariano de Venezuela y merece ser subrayado el

PREMIO EDUARDO MALLEA del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires 2004.
Quiero cerrar esta nota informativa en que he tratado de ser breve con algunas opiniones que se han vertido en la prensa especializada de muchos países sobre el poeta Manuel Ruano:

Hypnos es un libro deslumbrador, un lujo del idioma en estos tiempos” Francisco Bendezú- del Perú

Nuestro Miguel Briante escribió en “Confirmado”: “El suyo es un desafío de frente, a cara limpia”...

Zenaida Mateos percibió que este peregrino incansable “dedicó años enteros a rescatar voces originales de la poesía”

“Está dando sonidos nuevos a la poesía nacional” dijo Leopoldo Marechal Y también: “Tiene una severa conciencia de su arte”

Gudiño Kieffer lo considera “un sismógrafo registrador de aconteceres”

Bueno, aquí está frente a nosotros, con un puñado de poemas, este hombre que ha sido saludado por Octavio Paz y muchos otros como un portador de la buena palabra: Poesía.

(Palabras pronunciadas por la presentadora del recital, señora Lelia Reta)

Nota bene:
En las fotografías aparecen de izquierda a derecha:
Licenciada Irene Accarini; Profesora Lelia Reta; Manuel Ruano
y la Licenciada Alicia M. Dellepiane


domingo, 6 de junio de 2010


Duende en la Noche de la Dama de Bollini



Mi instinto literario me aconseja dejar de lado cierta

carpintería verbal, para dar paso a la escritura. Porque

lo peor que puede hacer un escritor y también un poeta,

es explicar su escritura. Decía Hölderlin que el lenguaje

es la morada del hombre. Y André Bretón accedía a ese decir,

aportando una frase que todavía resuena en mi Casa de la Poesía:

“No existe fruto prohibido, toda tentación es divina”.

Así me asomé a la poesía tempranamente y al modo rilkeano,

por imperiosa necesidad.

No voy a decir cuándo; pero sí voy a decir por qué.

Ya lo he dicho muchas veces. Citaba entonces muy seguido

a Quevedo:

“Retirado en la paz de estos desiertos

con pocos pero doctos libros juntos

vivo en conversación con los difuntos,

y escucho con mis ojos a los muertos.”


No voy a decir que toda visión del poema surge de una

supraconciencia ni nada por el estilo, porque eso me

resulta antipático. Ni que tengo una teoría de la conciencia

que maneja mis planos escénicos dentro del poema,

porque eso es más antipático todavía. Voy a decir que

escribo controlando, eso sí, el entusiasmo y buscando

la calidad de la imagen. Y por sobre todas las cosas,

el ritmo, a la manera de Mallarmé. Siguiendo las unidades

rítmicas de una pieza musical. Ya que Mallarmé insistía

en eso de que toda alma es un nudo rítmico. No puede haber

texto, ya sea poético o narrativo que no tenga música.

Entonces la escritura llega sin previo aviso. Es un paisaje

interior. Y yo no la escribo, porque ella me escribe a mí.

Ya sea en verso o en prosa. Después vienen los libros

y con los libros, esa sensación de estar todavía escribiendo

el poema. Así publiqué los primeros poemarios:

Los gestos interiores; Según las reglas; Son esas piedras

vivientes; Yo creía en el Adivinador orfebre; Hypnos; Mirada

de Brueguel; Los Cantos del Gran ensalmador y, por último,

Concertina de los rústicos y los esplendorosos

Algunos de cuyos poemas leeré esta noche. Y tal vez ellos

me lean a mí. Nerval, decía que había escrito en su juventud

poemas por amor y en su madurez, por desesperación…

Y Rimbaud, ¡ah, Rimbaud!, él descubrió la llama

del athanor alquímico y vio el mercurio de las palabras

cuando dijo: “El poeta se hace vidente mediante un largo,

inmenso y razonado desorden de todos los sentidos”.

Si mi memoria no me falla, (y en mi modesta experiencia

personal), yo empecé al revés de Nerval: escribí por

desesperación en mi juventud, y por amor en la madurez…

Y todavía más, de desamor…O sea del amor arrepentido

o desafiante. Lo que no deja de inquietarme porque a veces

el destino más irritante de una época está en la poesía,

como comenzara diciendo en Poesía Nueva Latinoamericana.

Un libro que empezó por síntesis de las voces de los poetas

de mi tiempo. En la búsqueda de un nuevo lenguaje.

Baudelaire decía: La poesía será cosa de iniciados.

Y yo me metí en eso. Jugué con las imágenes espagíricas

de los alquimistas. Tenía retortas imaginarias, salamandras

escondidas y athanores secretos que buscaban hacer la Piedra

lunaria, es decir, el poema. En cambio Vallejo, descubría que:

“Un poema es una entidad vital mucho más orgánica que

un ser orgánico en la naturaleza. A un animal se le amputa

un miembro y sigue viviendo. A un vegetal se le quita una

rama y sigue viviendo. Pero si a un poema se le quita un verso,

una palabra, una letra, un signo ortográfico, muere”.

Y en esto se empecina mi arte. O sea, mi música interior…


(Palabras previas dichas por el poeta antes de la lectura de sus poemas)



sábado, 5 de junio de 2010

Caminar el parque Las Heras desde Coronel Díaz hasta Salguero para cruzar la calle y llegar a mi casa. La vista migra a los costados para ver los verdes apagados del césped y los árboles y las luces de las Gemelas que anuncian el helipuerto en sus terrazas. Llegar de visitar La Dama de Bollini, a la que Borges fundó como Café Literario en 1984 y le escribió: “es grato estar en esta casa, de noche, bajo los altos cielorrasos, y saber que afuera están las casas bajas que aún quedan, y los hoy ausentes conventillos y corralones y las tal vez apócrifas sombras de esta pobre mitología”. Y fue grato esta noche recorrer la producción poética de Manuel Ruano, setentista poeta de los tiempos de El Escarabajo de Oro, que asegura que el poema es “una lucha de voces que vienen alzándose desde la nada hasta el absoluto”. Y las oímos. Nos paseamos desde los clásicos españoles hasta Mallarme y Rilke. Potenciados con el adelantado pensamiento de César Vallejos, aparecieron en la memoria Severo Sarduy, Roa Bastos, Vargas Llosa, José Donoso, Carlos Fuentes, García Márquez, aunque no los haya nombrado a todos. Manuel Ruano nos llevó de la mano por “miradas que se abren y se cierran según su parpadeo rítmico” y nos situamos en tiempo de su exilio, donde abrevó, en Venezuela, en Lima (allí dirigió la revista Quevedo”) las nuevas voces de América que buscaban la poesía nueva, el lenguaje nuevo, las diferenciaciones. Las vanguardias con su promesa de infinitud. Ruano, a lo largo del febril y complejo panorama de estas vanguardias, luchó como desesperado náufrago y se aferró a cierto orden lejano. Todo esto tal vez porque una gran parte del arte de vanguardia lo llevó a la reflexión acerca de contenidos, alcances y problemas. “No por ser setentista se recala en la temática social” pareció explicar mientras hacía pie en el abanico de ofertas de esa época donde no escapó ni lo intimista, ni lo épico ni lo lírico. Y por allí navegó él. Después de cruzar el parque y disfrutar de la tibia brisa de la noche pensé que como él dice no es Poe, ni Rilke ni Baudelaire. Pero yo digo que es todos ellos y los clásicos y los modernos y vanguardistas y todos los que leyó alguna vez, sumados a la patria sangrante, al exilio, al amor, al desamor y a todo aquello que haya colaborado para conformar su identidad. Y me quedé con sed de sus lecturas.