viernes, 1 de enero de 2010

Un cuento de Poe relatado por James Mason



C O R A Z Ó N
D
E L A T O R
Memorial

EL AMABLE SEÑOR POE

La tentación fue esa muchacha asesinada que flotaba en el Sena,

y sobre quien escribiste la historia de Marie Roget.

(La Noche, que es mi amiga, me lo dice.)

También fuiste el niño abandonado a obscuras en el escenario de un

/ teatro pobre,

cuando tus padres entraron en la sombra.

(La Luna, que es soñadora, me lo dice.)

Y la noche y tú me mostraron, Edgar Allan Poe,

ante los ojos de Palas Atenea con su eternidad de muerte, mirándote

/ fijo.

Con el público delante, mirándote fijo, y suspirando por aquellos versos

/ soñadores.

Y yo repetía, nevermore, nevermore...

Viniste de los sepulcros, bien lo sé, porque el canto viene desde muy

/ lejos.

Como un narcótico difícil de precisar.

Luminoso fuiste por lo ausente, cuando tus párpados se reclinaban

por los pasadizos secretos de la memoria, como una cortina al revés.

Te consagraste, como artillero sin obús en la batalla de la resignación.

Y fuiste jugador de mala muerte de una baraja absurda,

que se cae de ebria en la mesa de los orgullosos.

La Noche (que es mi amiga) me dice haberte escuchado en una sala de

/ Baltimore,

como preludio de la Calle Morgue. ¿Lo recuerdas?

Había un fondo musical en todo eso, como de pabellón en el que se

/ estudian los desahuciados en el suspiro final...

Y yo repitiendo, nevermore, nevermore...

Quedaste así para siempre, como un espectro que va y viene por las

/ calles del mundo, tropezándote con todos.

¡Hubieras buscado en el fondo de tu capote algo con que golpear a la

/ desesperanza!


Cuando te veo pasar tan triste y enfundado en tus pensamientos,

/ te grito:

-¡Señor Poe!...¡Señor Poe!... Soy yo, su amigo, el cuervo.


(Del libro La grieta en el paisaje)
La página del Dandi

El dandismo es un estilo de vida que se pierde en la individualidad de sus carismáticos personajes. La historia del surgimiento del dandismo es imprecisa y en cada época, aparece con características propias. Si de registros se trata, convengamos que tiene un punto de partida en un personaje literario llamado Don Juan y que a lo largo de las centurias, ha tenido diversas versiones a la primitiva, entre ellas, El Don Juan de Lord Byron y la maravillosa obra musical mozartiana Don Giovanni, entre otras exquisitas piezas como las de Moliere, (Don Juan o El festín de piedra), José Zorrilla (Don Juan Tenorio) y muchos otros. El mismo Lord Byron fue un típico dandi que tenía en su filosofía la concepción de vivir el instante como un verdadero esteta. Pero, también, hay que recordar un valioso antecedente en el famoso veneciano Giácomo Casanova. Personaje que recorría Europa seduciendo a cuanta mujer encontraba en el camino y en las palaciegas cortes de su tiempo. Hijo de comediantes y aventurero, dejó escritas sus memorias en francés, también se dice que fue espía y frecuente comensal de Luis XV y Madame Pompadour. También fue perseguido por la Inquisición y en 1753 produjo uno de sus mayores escándalos eróticos al practicar el ménage à quatre entre el abad de Bernis, el embajador francés y dos monjas. Por lo que fue preso en la cárcel de Los Plomos acusado, además, de practicar la magia y por extensión la alquimia. Conoció a Voltaire y a Mozart. Se dice que la ópera Don Giovanni fue inspirada en este célebre personaje que fabricó su propio título nobiliario bajo el nombre Chevalier de Seingalt. En el prefacio a sus Memorias, dice:

“El lector verá en estas Memorias que, no habiéndome enderezado nunca hacia un punto fijo, el único sistema que he tenido, suponiendo que lo sea, fue el de dejarme llevar por el viento que soplaba. ¡Cuántas vicisitudes acarrea esta independencia de método! Mis éxitos y mis fracasos, lo bueno y lo malo que he experimentado, todo me ha demostrado que este mundo, tanto físico como moral, el bien sale siempre del mal, igual que el mal del bien. Mis desvíos enseñarán a los pensadores a seguir los caminos opuestos, o les revelarán el gran arte de mantenerse siempre alejados del peligro. No se trata más que de tener valor, porque la fuerza sin confianza no sirve de nada. He visto con mucha frecuencia que tras un acto imprudente, que debía haberme llevado al precipicio, venía la felicidad; y, mientras me censuraba, daba gracias a Dios. También he visto, por el contrario, cómo una conducta mesurada y dictada por la prudencia traía dolorosas desgracias. Esto me humillaba; pero, convencido de haber tenido razón, me consolaba fácilmente.”


En tanto que el célebre poeta Lord Byron, londinense, era inequívocamente un dandy que imponía la moda por su actitud intelectual y protagonismo seductor en su época. A pesar de haber nacido con una deformidad en un pie, (era patihendido, es decir, con los dedos del pie metidos hacia adentro, lo que le obligó a llevar un zapato con plataforma durante su breve vida). Esto le valió burlas que él replicaba con su famosa respuesta: «cuando un miembro se debilita siempre hay otro que lo compensa». Fue muy célebre en toda Europa y hasta el poeta ruso Pushkin, crea su personaje Eugenio Onegin, dandy inspirado en la epopeya byroniana y que también refleja el ideario del poeta ruso, muerto tempranamente, en un duelo a pistola, como por supuesto debía aceptar batirse un dandy. Lord George Gordon Byron, había nacido en enero de 1788 y murió en Grecia en 1824, involucrado en un movimiento revolucionario de la época. De espíritu libre y de prédica libertaria, fue el difusor más grande del romanticismo poético. Murió de Malaria. Sin embargo, hay quien dice que los preferidos de los dioses mueren jóvenes… Entre sus múltiples amantes, figuró la escritora Lady Caroline Lamb.

De su vida se cuenta que viajaba siempre con un médico. Porque su tendencia a engordar es tan preocupante que a los dieciocho años ya está obeso. Su deseo de agradar le lleva a ponerse a régimen, obligándose a realizar una única comida al día, a tomar baños calientes y a practicar ejercicio físico. De 1807 a 1824 adopta un severo régimen que rápidamente hace de él un hombre delgado. En 1811 decide someterse a una dieta vegetariana. Esto le trajo serios problemas de salud. Tras estar a punto de morir a consecuencia de las lavativas y los vomitivos que le aplica su médico Romanelli, consigue curarse por sí mismo con una dieta a base de arroz y vinagre. A partir de entonces el régimen de Lord Byron variará poco; una taza de té verde y una yema de huevo cruda constituyen su desayuno, a modo de almuerzo toma unas galletas y, de ordinario, para cenar, verduras hervidas y vino. (estas noticias son tomadas del libro Les régimes alimentaires

( De La historia de la belleza de D. Paquet)

No obstante, también en Inglaterra, se da el caso del llamado Dandy de la Regencia que se caracterizó por no ser muy afecto a los lazos rizados, las medias de seda, los perfumes penetrantes, el cordón de oro para el calzado y otras insólitas extravagancias que caracterizaban al señorito aristocrático. Un caso típico fue el Bello Brummell, que para muchos investigadores fue el iniciador, al menos de ese tipo de dandy del siglo XVIII, desdeñando la suciedad, acrecentando hasta límites inesperados su higiene personal y empeñándose en la pulcritud de sus ropas, así como estudiando el nudo de su corbata durante horas antes de salir a su Club preferido, en medio de su extravagancia y refinamiento, tanto intelectual como físico. Se dice que impuso la moda del rapé, o sea la de aspirar tabaco en polvo. Se dice que su razón fue declinando. Varias veces los ocupantes del hotel lo vieron requisar sillas que trasladaba a su cuarto. Las ponía arrimadas a la pared. encendía unas velas y solemnemente abría la puerta de su habitación mientras decía en alta voz:

-¡Su alteza real el príncipe de Gales!... ¡Lady Conyngham!... ¡Lord Alvanley!... ¡Lady Worcester!... ¡Gracias por haber venido!... ¡El duque de Beaufort!...

Indicaba a cada uno de sus fantomáticos invitados la silla que les había destinado y luego volvía a abrir la puerta y exclamaba con énfasis:

-¡Sir George Brummel!

Y despertando de su sueño delirante miraba las sillas vacías y se derrumbaba en el suelo sollozando.

Sus últimos días los pasó en el manicomio, donde murió el 24 de marzo de 1840.

En Francia, se conoció el dandismo en una apariencia más feminoide por su atuendo al que se apodó Dandy Mariposa, por su exagerada pose y sus irónicas ocurrencias. Pero esta apariencia vuelve a tener luego una versión más intelectual en lo que se dio en llamar Dandy de la Decadencia. Y un caso revelador de esta nueva actitud social, se manifiesta en el Conde Villiers de Lisle Adam, Charles Baudelaire y Jules Amédée Barbey d’Aurevilly, entre otros exponentes de la cultura francesa del siglo XIX. En el poema Don Juan en los Infiernos, de Las flores del Mal, Baudelaire clama:

Cuando bajó Don Juan al agua subterránea

Y una vez que su óbolo a Caronte entregó,

Un mendigo sombrío, fieros ojos de Antístenes,

Empuñó los dos remos con vengativos brazos.

Con desceñidos senos y ropas entreabiertas

Se arqueaban las mujeres bajo la negra cúpula,

Y como gran rebaño de víctimas marcadas,

Detrás suyo arrastraban un continuo bramido.

Sganarelle, burlón, su estipendio pedía,

En tanto que Don Luis, con tembloroso dedo,

A los muertos errantes en la margen, mostraba

Al vástago arrogante que ultraja sus canas.

Tiritando en su duelo, la esbelta y casta Elvira,

Junto al pérfido esposo, que fue su amante una

/ hora,

Parecía suplicarle una postrer sonrisa

Donde brillaba el aura del primer juramento.

Enhiesto en su armadura, un gran hombre de

/ piedra

Gobernando el timón, cortaba el agua oscura;

Mas el héroe impasible, apoyado en su estoque,

Contemplaba la espuma, desdeñando la escena.

El gran poeta Charles Baudelaire, dijo en una oportunidad que: “El dandi debe aspirar a ser sublime sin interrupción, debe vivir y dormir frente a un espejo. Eterna superioridad del dandi.” (De Mi corazón al desnudo). Y es posible que su atrevimiento diera para más, acorde al temperamento y a la sutileza del personaje que varió su atuendo a ropas más oscuras, en fumar opio y hachís, vociferar contra la burguesía y, sobre todo, embriagarse con absenta.

El amigo de Baudelaire Jules Barbey d´Aurevilly, compartió las penurias del poeta ante la corte de Francia y la prohibición de sus magníficas Las Flores del Mal. En una esquela, al poeta le dice D´Aurevilly:

Mi querido Baudelaire:

Le adjunto este artículo que usted me ha pedido y que un miramiento fácil de comprender a El País publicarlo, ya que está usted encausado. Me consideraré muy feliz, amigo mío, si este artículo ejerce un poco de influencia sobre el espíritu del que tenga que defenderle y sobre la opinión de los que sean llamados a juzgarle. De usted,

Julio Barbey d´Aurevilly

24 de julio 1857.

Lo demás es conocido. Baudelaire tuvo que eliminar del libro algunos poemas (que más tarde aparecieron en otras ediciones con otros nuevos textos) y la batahola que en el ambiente cultural se desarrolló en torno a su cuestionado poemario.

En unas notas que aparecieron sin terminar después de su muerte, Mi corazón al desnudo, el poeta arremete contra esa burguesía jactanciosa e ignorante: “Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian sin cesar las palabras: ‘ Inmoral, inmoralidad, moralidad en el arte´y otras estupideces, me hacen pensar en Louise Villedieu, puta de a cinco francos que, acompañándome una vez al Louvre, donde jamás había ido, se ruborizó y se cubrió la cara, y tirándome a cada instante de la maga me preguntaba ante las estatuas y los cuadros inmortales, cómo podían exhibir públicamente tales indecencias.”

En otra parte de sus escritos, el poeta hace mención del dandy: “El gusto precoz por las mujeres. Yo confundo el olor de las pieles con el olor de la mujer. Me acuerdo… En fin, amaba a mi madre por su elegancia. Era un dandy precoz”.

El dandi se mueve de acuerdo a un planificado proceder. Ya lo señaló en su Diario de un seductor el filósofo Kierkegaard: “Soy un esteticista, un erótico, que atrapó la naturaleza del amor, su esencia, que cree en el amor y lo conoce a fondo, y que solo se reserva la opinión personal de que una aventura galante no dura más que seis meses como máximo y que todo se termina cuando uno gozó de los últimos favores. Sé todo eso, pero sé también que el goce supremo imaginable es ser amado, ser amado por encima de todo. Introducirse como un sueño en el espíritu de una muchacha es un arte, salir es una obra maestra.”

Volviendo a Inglaterra, otro caso emblemático fue el del destacadísimo dramaturgo y poeta irlandés Oscar Wilde, condenado en su época por su relación sodomita con Lord Alfred Douglas (conocido como Bosie) lo que le valió la cárcel. Su ya clásica novela El retrato de Dorian Gray, en donde condensa todo su ideario acerca del dandysmo, fue pilar en el tema de la juventud eterna y la vejez. Pasó el resto de su vida en París, donde dice haberlo visto el poeta Oliverio Girondo, paseándose con una inmensa flor en el ojal de su vestimenta.

El pensamiento político de Wilde, era el llamado socialismo anarquista. Sus ideas son expuestas ampliamente en el texto El alma del hombre bajo el socialismo.

¿Cómo reacciona el dandi frente al transcurso del tiempo?

En cuanto al tema de su obra El Retrato de Dorian Gray, otro dandi, ahora de origen español, César González Ruano, escritor y poeta del ultraísmo, tuvo la ocurrencia de preguntarle al escritor anarquista Azorín acerca de qué era para él la vejez. Azorín, fue categórico al decirle que era “Falta de curiosidad”. Alegando que no debe tomarse la vejez por abrumadora cantidad de años; porque un intelectual jamás envejece, sino que se enriquece con los conocimientos. “Porque un poeta se mantiene siempre joven. Los hilos de plata de su cabeza vienen dados por los golpes de la vida, no por los años. La lírica mantiene vivo al hombre. El amor nos hace jóvenes; cualquier clase de amor. La música enerva los sentidos, a toda edad. Y la escritura. Hasta el dandismo, ese término elegante y abstracto que hace que la gente se cuide para sorprender a los demás, rejuvenece”.

Configurar una imagen acertada del dandi de nuestros días, tiene su implicancia y condensación ética y estética, lo que hipotéticamente sería un tema de análisis y polémica actual de lo que se podría denominar el Dandi postmoderno. Pero eso, ya, es otra historia…